5 trucos para empezar una canción desde cero
Enfréntate a la hoja en blanco
Solo los productores sabemos lo desafiante que puede ser empezar un proyecto. A veces, una hoja en blanco impone más que cuando está plagada de ideas, figuras e historias, y por eso siempre es necesario empezar con el pie derecho. De lo contrario, podrías caer en la trampa del bloqueo o la frustración.
Entonces, la pregunta es: ¿qué debemos hacer para evitarlos? Aquí os dejamos 5 trucos para empezar una canción desde cero.
1. Aprende a usar tus herramientas
Cuando te plantas por primera vez frente a un DAW, puedes sentirte muy perdido. Incluso cuando llevas años utilizándolo, puede que no hayas usado aún todos los botones y funcionalidades que este te ofrece. Es por eso que si quieres aprovechar bien el tiempo y tus momentos de lucidez creativa, que no te frene el no saber cómo hacer lo que tienes en la mente.
Vivimos en una era donde podemos acceder a casi todo el conocimiento del mundo desde la palma de nuestra mano. Hay centenares de creadores de contenido compartiendo su experiencia constantemente en blogs y vídeos. Cambia un capítulo de Netflix por un vídeo de YouTube cada día, toma apuntes en una libreta y, estudia desde casa con DJP Music School.
2. Domina el lenguaje musical
Al igual que saber manejar a la perfección tus herramientas de trabajo te facilitará mucho las cosas al empezar una nueva canción, también es necesario saber qué y cómo plasmarlo. La música, por mucho que sea un arte que refleja libertad, tiene unas normas que se deben conocer. Si bien es imprescindible para no cometer errores de novato, también puede ser útil formarse constantemente sobre teoría musical. De esta forma, podrás dar otro nivel de profundidad a tus producciones, con un mensaje mucho más completo y plasmando tu talento sobre tu composición.
Además, cuando estés falto de ideas, el dominar el lenguaje te permitirá experimentar y plantear más caminos y opciones para que tu canción progrese hacia lugares maravillosos. ¡Conocer bien las reglas te convertirá en un mejor jugador!
3. Ten un propósito
Está claro que muchos de los jóvenes productores han empezado en la producción musical como un hobby. Aún así, producir no es igual de entretenido y simple que jugar a la PlayStation, ya que requiere un esfuerzo mental para construir algo desde cero. Dicho esto, a la hora de abrir el DAW debemos plantearnos una pregunta: ¿qué queremos hacer?
Hay muchas formas de encarar una sesión. La más obvia puede ser venir ya con una idea entre ceja y ceja que quieres plasmar rápidamente antes de que se evapore y se pierda en el olvido. A veces, solo venimos de escuchar otra música que nos inspira y queremos reflejar esa vibra o sensación sobre la pantalla, como si de una jam session se tratara. Incluso si quieres producir pero vas falto de ideas, puedes empezar trabajando en el diseño sonoro. Como si fueras un científico experimental, abre un sintetizador y empieza a toquetear sus ondas, parámetros y efectos para buscar un sonido que te despierte algo especial. A veces, una simple nota con el instrumento adecuado es más inspiradora que cualquier partitura premeditada.
4. Primero crea, luego suena bien
En cualquier oficio artístico, la creatividad se paga cara. Ese talento es lo que te hace único, y es el motivo por el cual mucha gente no puede dedicarse a lo mismo. Por eso, cuando goces de momentos de inspiración donde todo fluye sin pensarlo mucho, preocúpate única y exclusivamente de cazar esa idea. Puede ser mágico ver como una canción se puede crear en muy poco tiempo si estás sintiéndote inspirado, y muchas veces, las mejores ideas se crean en minutos.
Cuando te encuentres en medio de ese oasis, no le prestes demasiada atención al aspecto técnico de la producción. Querer que todo suene correcto puede llevar mucho tiempo, y eso puede frenarte en seco y cortar el grifo de tu inspiración. Siempre estarás a tiempo de ecualizar, pero muy pocas veces tendrás la habilidad de crear con facilidad y naturaleza.
5.Ninguna sesión es en vano
Si sigues estos tips, podemos decir con total seguridad que ninguna de las horas que hayas pasado enfrente del ordenador, por muy poco que hayas conseguido crear, serán en vano. No todos los días podrás componer un himno, incluso a veces costará hasta poner dos notas seguidas. Pese a ello, con cada hora invertida en tu DAW tendrás algo que te hará mejor.
Por un lado, puede que hayas aprendido a manejar mejor el software o alguno de sus VSTs. Por el otro, muchas veces no estaremos ante una canción, pero sí que habremos creado cosas que nos pueden resultar útiles en un futuro. Una melodía, un preset nuevo para un sintetizador, un loop con un buen groove… Trata siempre de guardar y exportar esas ideas en una carpeta. Ese rincón estará plagado de chispas que pueden encender la mecha cuando vayas falto de creatividad en futuras producciones, o incluso pueden darle un toque aún más personal y de forma rápida a otras canciones, habiendo hecho anteriormente el trabajo de experimentación y limitándote a arrastrar tus sonidos a tu nueva canción.
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